lunes, 25 de enero de 2016

Echar de menos es humano

Todos acabamos pasando por lo mismo.

A veces basta con recordar.


A fin de cuentas, todos vamos escribiendo nuestro propio camino, nuestro propio viaje. Hoy ha sido mi primera toma de contacto con la asignatura. Sin duda, se trataba de un día muy especial y marcado a nivel personal.

Empezaré por que hace unos meses falleció mi abuela y Pilar, para conocernos mejor, llevó a cabo la dinámica de las pesadillas. Con ella, llegué a desahogarme y conocer tremendamente a mi compañera Ainhoa. También, fue un momento en el que recordé a mi abuela en un día tan especial para ella.

Recuerdo perfectamente el sueño, porque para mi fue más bien un sueño y no una pesadilla. Aparecía mi abuela, más guapa de costumbre y también mucho más joven. Supongo que aparecía con la imagen que tengo de ella antes de que enfermara. Sin embargo, también aparecía demasiado elegante, con una falda y camiseta negra que juraría haber visto en alguna foto. Para mi sorpresa, lo llamativo de mi sueño y con lo que me quedé al despertar fue con el collar que llevaba; era un collar dorado, como de oro que, durante el sueño, recuerdo que me quedé mirándolo más que a mi propia abuela. Sin duda, el sueño fue desconcertante, pero para nada una pesadilla. Soñar con la mujer a la que he amado tanto y de la que no me pude despedir fue algo tan... digamos mágico. Pude ver que le iba bien, que ella era feliz y con ello me quedo. Que apareciera en mis sueños con una sonrisa y me diera el abrazo con el que me quede con ganas de darle, fue algo que simplemente no se puede explicar.

Esta clase no es que me ayudara a nivel académico; sino más bien a nivel personal, emocional. Fue una vía de escape a la rutina que siempre llevo conmigo y, ver que una compañera justo estaba teniendo las mismas pesadillas que yo, me ayudó a quitarme esa "carga" que llevaba conmigo.
Respecto al antídoto nos costó muy poco encontrarlo: ir a visitar el cementerio y contar nuestras preocupaciones, desahogarnos de vez en cuando como si estuviéramos teniendo una conversación directa con ella o llevar algo que nos recuerde a ella.

Por último, quisiera reflexionar sobre las primeras emociones y expectativas que he formado sobre esta asignatura. En primer lugar, lo que más me gustaría sería crecer a nivel personal; considero que Pilar va a poder ayudarme en numerosas cuestiones que no sólo tienen que ver con el ámbito académico. A pesar de que no la conozco apenas, me llamó la atención la fortaleza y valentía con la que se enfrentó durante casi 4 años al "Uniforme Posbolonio" y, como a pesar de todas las dificultades que parece que ha tenido que superar, siempre se muestra tranquila y con una sonrisa.
En segundo lugar, me encantaría llevar esta asignatura a mi terreno, tener la libertad de poder ir desarrollándola y reflexionando sobre mis preocupaciones, experiencias, emociones... Ante esto, no tengo gran preocupación ya que poco a poco se irá viendo, al fin y al cabo todo depende de mí.
Quiero que formemos una "pequeña gran familia" como a mí me gusta llamarlo y que todos aportemos nuestro granito de arena.

Por el momento todo está por verse y; mis mejores deseos, emociones e ilusiones están contigo Pilar, pero sobre todo contigo abuela. Nosotros ya hemos comenzado este nuevo viaje, el segundo cuatrimestre, que estará cargado de emociones y nuevas experiencias. Ya hemos comenzado a escribir lo que será nuestro futuro de cara a unos meses.

Echar de menos es humano y yo te echo de menos a ti abuela, a tus comidas; a tus empeños por conseguir que fuera alguien en la vida; a cada mañana, tarde o noche contándome tus historias o simplemente escuchando las mías para luego aconsejarme. Por todas tus riñas que también echo de menos o por cada sonrisa que me sacabas. Por que te fuiste cuando más te necesitaba, pero porque sé que ahora me acompañas en cada paso que doy. Por que sé que nunca me dejaste ni me dejas sola y, por que como te dije en esa última carta que te escribí, para nosotras no hubo un mañana y ese fue mi error.

Fue tu día y siempre lo será, el 21 de enero de 2016 siempre lo recordaré con un sabor agridulce y Pilar siempre formará parte de ese recuerdo. Te quiero y sé que desde donde quiera que estés, estarás muy orgullosa de mi.

Muchas felicidades y acompáñame en este nuevo viaje, abuelita.


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